Conoce más sobre nuestros planteamiento del problema.
El consumo como concepto no
hace referencia a nada malo ni perjudicial, podemos definirlo como el simple
hecho de consumir para satisfacer necesidades o deseos.
El problema llega cuando esta actividad se vuelve patológica.
Entonces ya no hablamos de ‘consumo’, sino de ‘consumismo’. La Real Academia
Española (RAE) define el consumismo como “la tendencia inmoderada a adquirir,
gastar o consumir bienes, no siempre necesarios.”
En
la actualidad mucha gente cree que mientras más consuma, alcanzará mayor grado
de felicidad. Esta es una idea que ha sido transmitida e inculcada a través de
la publicidad, que ha instalado un estilo de vida basado en el consumismo. En
este particular, la Ley 842, Ley de Protección de los Derechos de los
Consumidores, manifiesta que es un deber impartir educación sobre consumo
responsable desde primaria e incluso a nivel universitario.
Existen
consecuencias al mantener este modelo de consumo y conducta. Cada vez son más y
más conocidos los graves problemas ocasionados por este modo de producción y
consumo: el incremento de la pobreza y de las desigualdades a nivel mundial, la
explotación laboral sobre todo de la infancia y las mujeres, tanto en los
países empobrecidos como en los países ricos–, la contaminación del medio
ambiente, la sobre explotación de los recursos naturales y el calentamiento
global.
Pero
podemos poner un alto con algunas soluciones como:
Limitar
en lo posible el número de impactos publicitarios (Anuncios de Tv, páginas web,
páginas de oferta etc.) En situaciones especiales como las rebajas o las
grandes superficies, ve de compras con una lista de lo que realmente
necesitas. Puedes darte el margen para algún capricho pero recuerda que el
descuento es atractivo para nuestro cerebro y eso es una trampa mental.
Comentarios
Publicar un comentario